Bar Paseo

Buen trato tanto de los camareros como de los dueños y la comida estupenda y encima hay siempre un castillo hinchable donde los mas peques disfrutan a reventar jajaja me encanta

Si queréis descubrir lo que es una tasca (que no un bar), este es vuestro sitio.

Parroquianos charlando a voces, cañas, vinos, vermut, ese olorcillo a aceite para freír. Tiene un encanto no apto para remilgados.

La comida es excelente, los gritos son su plato estrella, si te gusta la casquería prueba sus manitas de cerdo o riñones al jerez

Nosotros fuimos a beber una cerveza y unos refrescos, al entrar daba miedo, es COVID puro, bastantes clientes en la barra, todos claro por estar bebiendo sin mascarilla, el camarero normalito, sin estrés.
Al pedir me lo saqué yo todo fuera ya que el que estaba detrás de la barra no parecía tener intención, lo peor fue ir al baño, guarro no lo siguiente, pero viendo la entrada del local y la clientela te lo imaginas, pero teníamos más ganas que asco, el de mujeres no lo vi y no es que estuviese lleno eran cinco o seis pero todos en la barra tomando, que creo que ahora está prohibido pero parece que les da igual, viendo el de hombres y nuestros comentarios mi mujer ni se atrevió a intentarlo.
Es lo que se suele denominar, bar de borrachos, sucio y con clientes con ese aspecto.
El comedor ni lo vi ni me atreví a preguntar, terminé mi consumición, que no pusieron ni unos malos cacaos y nos fuimos a comer a otro lado menos siniestro y más limpio.

Fuimos cinco personas (y no somos extranjeros) y nos atendieron fatal. Pedimos boquerones y nos trajeron pijotas. No querían devolverlas. MI amiga celíaca pidió una comida sin pan y se la trajeron con él. (Ella lo había comentado en el interior que era celíaca). Y´, al final, sin comerlo lo querían cobrar. Además, el camarero estuvo fuera de lugar en muchos momentos. Con personas así, no se puede volver de nuevo. F uimos correctos con él en todo momento. Él, no, con nosotros. ïbamos con una persona de Carmona, que se quedó alucinada.

Local muy pequeño y con aspecto de otra época. Ubicación muy buena frente al teatro y con bastante espacio para mantener las distancias oportunas. No disponen de carta pero el camarero no le importa repetirla en màs de una ocasión si lo dices. No tiene tapas, solo medias y raciones. No tienen mucha variedad pero si calidad. Cuando le pides la cuenta, todo verbal y nada de ticket

Se come de maravilla todo comida casera además su camarero Joaquín es un artista. Muy recomendable

Los calamares deliciosos, el camarero encantador, un gran descubrimiento en un lugar precioso que visitar.

Terraza muy agradable con estupendas vistas. Muy bien! Además los baños súper limpios