Restaurante Casa Francés

Un restaurante familiar donde comer comida casera sin prisa alguna.

Nos sentamos en la terraza para poder comer con el perro (aunque después vimos entrar a una familia con uno pequeño en el local).

Comenzamos a las 13h y salimos a las 15h, para comer un menú del día, un plato combinado y una ración de bravas.

Las raciones generosas, y de buen sabor.

El servicio amable, pero muy lento. Habiendo una persona atendiendo y, otra en la cocina, hay que tener un poco de paciencia.

Tras una decepcionante visita a Graus, la verdad que comer se come muy bien aquí. Un trato cercano, rápido y agradable. La comida se nota que es casera y muy buena. Calidad precio cantidad esta muy bien. Precio menú en terraza 13,50 €.

Al parecer que la gente venga toda al mismo tiempo, la hora de comer, es un problema. 40 minutos para el primer plato con 4 mesas en la calle y 4 en el local. Hay que pedir el pan que viene en el menú porque la mitad de las veces no lo sacan, y luego te incluyen 80 céntimos en la cuenta por el pan, ni lo discutimos porque preferimos irnos de allí a toda prisa.
La comida normalita para 17€ de menú. Para rematar, el yogur sin tapa (en la que se encuentra la fecha de caducidad) y el flan con vida interior, será porque Panillo está cerca . En resumen, mala experiencia y no lo recomendaría, mejor comprad una barra de pan y longaniza y comed en el parque de bocata.

He comido el menú del día. Es completo con segundos platos a la brasa. Las alcachofas que me ha aconsejado estaban muy buenas. De segundo bistec, bueno pero con un poco de sal de más para mi gusto. El responsable atento y eso que tenía cúmulo de trabajo. Como negativo decir que casi todo el rato ha llevado la mascarilla colgando de la oreja sin poner....

Buena comida, mejor trato, situada bajo una arcada mediaval espectacular, eso si, un poco cara al ser solo carta y no menú, pero merece la pena.

El calabacín relleno, estaba relleno de sal. En un plato de tortellinis se contaban sólo ocho. El filete de salmón debía ser de una cría, por el tamaño. Un entrante de espárragos con salmón era un plato de lechuga y tomate. Para no salir con hambre pedimos cinco cestitos de pan. La única estrella es por la tarta de queso, que sí que estaba buena, a pesar de lo pequeña que era.

Pedí tortelinis alpesto y me pusieron 8 tortelinis 5aceitunas con aceite y no tenían casi relleno. Los San jacobos no tenían casi relleno y dentro tenían mucha grasa y poco jamón y queso. La tarta de queso te viene en 3 tiras de menos de 1cm de ancho. En mi opinión, si quieres comer bien, este no es el sitio adecuado.

La comida para costar el menú 16 euros deja muchísimo que desear... Unos tortelini al pesto bañados en aceite y era jugársela a uno salado y otro totalmente soso. De segundo churrasco, pero para mi sorpresa solo había grasa así q entre quitar el blanco de la grasa y los huesos... El trozo q va de carne siempre al lado de los huesos ni estaba.
Un señor todo el rato fumando en la misma puerta que salía cada 5 minutos y el cocinero en frente también fumando.
Lo único que se libra fue el camarero que nos atendió que fue muy amable y atento.