Bar Las Menas

Una terraza muy grande que para estas fechas se valora mucho por permitir estar al aire libre sin tanta preocupación. La atención muy gentil tanto de Alejandro cuanto de la chica que nos atendió. Al lado de la Iglesia de este pequeño pueblo, debajo de la biblioteca municipal.

No entiendo las reseñas de la gente, venimos al pueblo por la puntuación que tenía, pero no le hace juicio.
Para empezar las croquetas pone que son caseras pero no lo son, el bocata de lomo es casi todo pan y poco lomo, luego están los torreznos muy poca cantidad y secos.
Por otro lado el plato combinado era lo más decente de todo aunque todo era congelado y por último los calamares, sabían mucho a grasa.
De los peores sitios.
Le doy una estrella porque en la terraza hay sombra y he podido estar con el perro.

Qué decir de este lugar, pues simplemente, genial, y su gente, Darys (espero escribirlo bien), Raquel, Marimar, Manuela, Noelia y Alejandro, son increíbles de atentos y profesionales. La comida excelente, y junto a la gente del pueblo, te hacen sentir como en casa. Si tuviera que definirlo brevemente, sería "el bar de la felicidad", gracias a todos por ser como sois

Sobrevalorado en Google Maps. Acudimos tras visitar el Monasterio y Parque Natural de Piedra por las buenas críticas pero no deja de ser un bar de pueblo. Lo de restaurante queda algo lejos.
La atención fue muy buena por parte de la camarera.
Pedimos oreja y madejas (no había ninguna de las dos de entrada aunque luego sí nos trajeron las madejas), croquetas (preguntamos si eran caseras y nos aseguraron que sí, debía ser lo que ponía en la bolsa), ricas pero de bolsa. Una ensalada variada, rica.
Nos pareció caro para lo que pedimos y no nos trajeron la cuenta detallada sino solo el total.
Pedí una copa de tinto de la zona. Flaco favor hacen a la D.O. Calatayud, pues me trajeron un vino muy muy corriente frío como un refresco.
Seguramente hubiera comido mejor por menos en cualquiera de los restaurantes cercanos al Monasterio de Piedra, con menú completo por menos de 15€.

Lugar acogedor, buen servicio y económico. Todo lo que pedimos estaba buenísimo. Merece la pena desviarse de la carretera y entrar al pueblo.

Fuimos a cenar porque era lo único abierto por la noche y justo al lado del hotel rural donde. Si hospedábamos. Está bastante bien, pedimos ensalada y un bocadillo y estaba todo bueno

Ojo, no guiarse por la fotos ni de las reseñas,ni del aspecto exterior del bar.
Fui a almorzar allí por error del GPS y porque el niño ya tenía hambre.
Poquísima variedad y menor calidad.
Precio acordé a la calidad, está claro.
Tampoco buscaba una estrella Michelín, pero me fié de las reseñas (4,4 estrellas) y de las fotos...y caí.
Además comimos rodeados de avispas....corriendo para acabar e irnos de allí.
Fuimos a ver el Monasterio de Piedra, y si llego a saber que justo antes de llegar al Monasterio había tanta oferta hostelera, no como en este bar.
Lo siento por la dueña la cual nos atendió perfectamente,pero es la verdad.

Las hamburguesas muy buenas aún que el bacon estaba muy duro, podías hacer un tirachinas con el. Las patatas bravas para tirar a la basura muy gordas muy duras y no tenía casi salsa brava