Camping Prades Park

Hemos pasado unos días muy bonitos con familia pero con algunos puntos a destacar.

En primer lugar y lo que más nos ha llamado la atención es que en las parcelas no hay césped como parece ser que se promociona. Son de tierra ( polvo) que se mete por todos lados, recomendable llevar suelo para cubrir parcela, al menos la zona de más uso.

Te asignan parcela por teléfono pero cuando vas tienes otra.

Y pagas lo mismo prácticamente por una parcela de caravana que por una de tienda que compartes en muchas ocasiones con otra tienda reduciendo su tamaño a la mitad.

Por lo demás todo correcto, limpieza en baños e instalaciones y entorno.

Destacar la atención de Alba que desde el principio intentó solucionarlo todo.

Estuvimos el puente de diciembre, en las cabañas de madera. Son monas pero no las encontré prácticas, al menos para invierno. Se podría poner un perchero para dejar los abrigos,la cocinando tenía estantes donde dejar las cosas y al final las dejamos en el suelo.
Había una fuga de agua y avisamos pero solo nos dijeron "tomo nota" y al parecer lo arreglaban al irnos, pero claro con la falta de agua que hay darse el lujo de mirar luego, no se...
Las instalaciones son preciosas pero quizás en verano se disfruta más.

Estuvimos una semana en uno de los bungalow.
El camping está muy cuidado,con unas buenas instalaciones,dos buenas piscinas,una para niñ@s y otra grande.Tiene buena animación tanto para mayores como para niñ@s.
Respecto al bungalow en líneas generales está bien,amplio y con una buena terraza (el Vermella Plus al menos).Se echa en falta algo de menaje,y lo que menos nos gustó fue el sofá,nada cómodo para estar un rato,ni la televisión,bastante pequeña y anticuada.
Por lo demás el pueblo de Prades es pequeñito pero muy bonito,suficiente para hacer alguna compra y tomar algo.

Camping para pasar un buen fin de semana, tranquilo, si no te tocan vecinos ruidosos,como nos pasó a nosotros, ha los que tube que llamar la atención a la 01:00 porque no dejaban dormir con sus gritos y risas, juventud divino tesoro.
Que la culpa no es del càmping, pero un poco de vigilancia no estaría mal, hay lo dejo.

Bungalows: muy cómodos (nosotros estuvimos en el Vila Vermella), solo hay pequeños fallos como que podríais haver puesto algunas estanterías en la cocina, un poco más de luz en la sala de estar...
Lo top es que teníamos a un gato siempre en la puerta como para darnos los buenos días.

Servicios: Las chicas de la recepción son muy amables y simpáticas.
El spa (es nuevo, lo abrieron en otoño de 2022), es una locura, el precio va acuerdo a lo que te dan.
Tienen un minimarket, está muy bien por si te falta alguna cosa en cuanto a elementos de primera necesidad (avisad a recepción para poder entrar), se puede encargar pan y croissants para el día siguiente.
Tiene 2 campos de fútbol, uno de basquet y uno de voleibol. Además de sala de juegos (avisar a recepción para entrar), piscina (solo verano) y un parque infantil.

Restaurante: Solo pedimos pizza para llevar, estaba muy rica pero era algo pequeña. Precios correctos si fueran algo más grandes.

Resumiendo: Si te gusta la naturaleza y la tranquilidad, este es tu lugar para desconectar unos días. ¡Volveremos!

Camping tranquilo, familiar,limpio, con empleados super amables. Para mi un 9,5. Le quito medio punto sólo por las curvas que hay para llegar, pero experiencia increible. Repetiremos seguro.

Hemos ido en octubre 24-25/10/22 y hemos estado super bien!parcelas amplias y limpias!los baños muy limpios y con calefacción,el servicio de recepción excepcional!! seguro que volveremos!!(fuimos con una furgoneta y una tienda de campaña).

Entorno idílico, piscina con chorros de agua caliente que animan el baño. El restaurante con carta variada, menú infantil abundante, hemos comido muy bien, dos adultos y tres niños 80 euros. El bungalow correcto. Hoy a pesar de ser sábado no hay ninguna actividad para los niños, ni siquiera minidisco.