Albergue Camino de Santiago O Lar de Pepa

Trato agradable y con muchas facilidades. El albergue contaba con cocina, lavadora, secadora, utensilios para el baño, toallas… además, destacar que las habitaciones son de dos camas por lo que, favorece el descanso. El precio es ajustado. Pagamos 10€ por la estancia como peregrina.

Habitación para 4 con araña incluida, sobre la litera superior en el rincón del techo una telaraña, las literas de hierro hacían un sonido ensordecedor con poco que te movieras, la persiana rota ( no había). La ventana daba a un balcón comunitario por donde pasaba la gente y veía el interior de nuestra habitación, dicha puerta/ventana no cerraba, tuvimos que atrincherarla con una silla y varias mochilas, tendimos ropa en el tendedero del balcón y desapareció una toalla.
En cuanto al trato de los albergueros como ya he dicho éramos 4 personas y se nos asignó la habitación de 4. Una amiga venía por la noche, la alberguera comentó que ya había hablado con ella y que le tocaba compartir la habitación doble con un señor portugués, que nuestra amiga ya lo sabía( todo esto lo escuchamos 4 personas).
Se lo dijimos a nuestra amiga y a parte de no saber nada, cuando llegó al albergue nos trataron de mentirosos diciendo que si es que le estábamos gastando una broma. Finalmente durmió con otra chica, pero realmente un sitio para olvidar, a pocos metros hay muchas más opciones para alojarse, ni siquiera tenían cuño del albergue comentando que se rompió y ya está.

El trato fue nefasto. Éramos 4 peregrinos (1 llegaba más tarde), de esto estaban al tanto y no habia problema. Al llegar los 3 primeros nos atendió Margarit, y para empezar nos hizo registrarnos nosotros mismos en una libreta, y no tenía sello del camino de Santiago (cosa MUY rara siendo albergue para peregrinos). Nos dijo que la chica que llegaba más tarde dormiría sola con un hombre portugués, se lo comentamos a nuestra amiga y no le pareció bien dormir sola con un hombre desconocido, habló con Margarit y nos intentó dejar por mentirosos, diciendo que nos lo habíamos inventado llegando a encararse con otro amigo en vez de reconocer que lo había dicho (Aunque finalmente hicieron cambios y durmió con otra chica). Por otro lado, mientras la gente se duchaba ella aporreaba la puerta y gritaba para que acabarán rápido (a los pocos minutos de entrar al baño), e instando a otros huéspedes a entrar en el baño que estaba ocupado...el lavabo estaba limpio, pero la habitación dejaba mucho que desear, camas SÚPER ruidosas y ventana que no se podía cerrar (la nuestra daba al balcón que todo el mundo usaba, por lo que en todo momento nos veían, y había que cerrarla porque tienen gatos y se cuelan en la habitación). Hicimos el camino de Santiago Portugués y de todos los sitios en los que estuvimos, fue el peor sin duda!

Es el resort antiperegrino . Sin cuño ,antiguo ,camas que chirrían,balcones que no cierran, sin persianas ni cortinas. Falta de limpieza nos acompaño en nuestra estancia una araña al lado de una de las literas .Un baño para diez personas.Y donde la amabilidad y hospitalidad afloraron por su asuncia.Eramos cinco peregrinos ,una de nuestras amigas llegaría más tarde.Nos dio una habitación que ya os la he descrito y nuestra amiga dormiría en otra con un señor protugues.Nuestra amiga estaba informada según la señora Margarit, a la hora de su llegada todo había sido una broma nuestra .Mi amiga durmió con una chica ,nos trato de mentirosos cuando los cuatro oímos lo mismo.Por la zona hay más opciones que sin duda estarán mejor que está estancia berlangiana .Con todos mis respetos
al señor Berlanga .

Muy lindo albergue. Cómodo y limpio. Tiene unos hermosos paisajes desde la terraza. Excelente atención de Margarit.

Muy antiguo, sin secadora, calefacción apagada. En invierno cero recomendado nos tuvimos que ir al siguiente.

Lugar muy acogedor y Margarita, la que lleva la recepción, un encanto de mujer.
Sitio muy limpio y gente muy atenta .

Gente muy amable, un placer poder haber estado hospedado aquí. Muy tranquilo, y compañeros muy amables.