Hotel Hermanos Macías

Hemos estado en la feria, hicieron carta solo para el momento. Un poco escueta, sin mucha variedad. El servicio regular, nos trajeron el vino cuando ya habíamos acabado los platos.
Las patatas de guarnición estaban de frigorífico.
Las croquetas con muchas especias y regular.
El hospedaje es lo peor, las habitaciones son claustrofóbicas, el aire no enfría nada, no tienen ventilación, el ventilador no funciona.
Menos mal que no ha echo una calor insoportable porque sino era para sacar el colchón a la calle.

Solo probé el restaurante. Muy buena atención por parte de los camareros pero la comida es cara para su calidad, no me pareció nada extraordinario, además de que la carta era algo monótona para mi gusto. No repetiría.

Una habitación pésima, pequeña, interior con una ventana que daba al pasillo por li que ni se podía abrir. Un calor horrible, los colchones malísimos. La entrada al hotel a través del restaurante, con un olor a fritanga y lo que supuestamente la recepción, un caos de papeles y con poca limpieza. No lo recomiendo en absoluto!!

Servicio pésimo del camarero. El rabo de toro y las carrilleras pasables de sabor, pero raciones pequeñas relación precio /tamaño. Comida de batalla con precios de buen restaurante. No volveré.

Comimos, cuatro personas, un menú especial de 20 euros, en el que había que compartir el primer plato. En realidad eran tres tapas ricas pero escasas y media ración de queso y jamón. De segundo, el pez espada a la plancha seco y pasado, con una salsa oscura sin identificar. Las manitas de cerdo ricas. El rissoto de rabo de toro, seco, y los escalópines comestibles, sin más. Poca variedad en las guarniciones. El postre, arroz con leche o natilla impuesto y escasisimo. Los cafés mejorables. El precio subió a 104, 70 euros. Las bebidas y los cafés no entraban en el menú. Eso sí, nos invitaron?? a un vino dulce. El personal atento y eficaz. Los servicio pequeños, limpios y alejados de las mesas. Bajo mi punto de vista un menú caro para la cantidad y calidad de la comida ofrecida. Después del análisis con dos estrellas hubiera sido suficiente.

El servicio y la atención inmejorable, la comida espectacular, todo lo que pedimos nos encantó y nos lo sirvieron muy rápido. Lo que más nos gustó fue la ensaladilla rusa, los chorizos y la morcilla. Repetiremos cada vez que vengamos a Ronda, un 10.

La primera Cocacola que nos pusieron era de botella de 2L, de la marca día y sin gas. Después de comentárselo, nos pusieron una de verdad.
Las croquetas frías, desechas y aceitosas.
Y el risotto de carrillada era una plasta incomible.
24 euros tirados.

Lo mejor su ubicación, cerca de todo. Si tienes suerte incluso puedes encontrar aparcamiento en las calles colindantes. Si no, hay un aparcamiento muy cerca. La habitación estaba muy limpia. El personal del hotel muy amable.