Hotel Rural Tía Margot

Ya conocía Candelario pero nunca había hecho noche. La verdad es que reservé el mismo sábado en el viaje que hicimos desde Cáceres a La Alberca. El Hotel es muy cuco, muy bien decorado y con mucho gusto. Tiene detalles y se nota que quien lo gestiona lo hace con gusto y cariño. Es moderno al tiempo que mantiene la esencia que acompaña con el precioso pueblo. Muy buena relación calidad-precio: la habitación triple muy cómoda con unos muy buenos colchones, mucho silencio para descansar, no tiene televisión, pero eso no es para nada una pega, es una buena idea- no la necesitan- Tienen wifi. Los baños cómodos, quizá lo único, a modo de recomendación sería adaptarlas a duchas de suelo que se llaman, pero desde luego que estaba bastante bien el baño, es solo comentario. Y muy limpio todo. Destacar la amabilidad de la señora que nos esperó pese a llegar algo tarde. Muy amablemente nos esperó a fin de garantizar que todo estuviese bien. Muy acogedor el bar, no consumimos nada porque llegamos tarde y teníamos cena y al día siguiente salimos pronto. Sin duda recomiendo cien por cien este pequeño hostal con encanto, con una ubicación perfecta, muy tranquilo y con gusto además de tener una relación calidad precio, perfecta. Mil gracias y lo recomendaré a todos los que visiten este bonito pueblo de Candelario.

Hemos estado una noche aquí con nuestra perrita y sin duda volveremos.
El trato ha sido de 10, las instalaciones súper limpias y climatizadas, desde el momento en el que abres la puerta viniendo desde fuera con muchísimo frío es estar allí y estás súper calentito, las sábanas muy suaves y la cama muy cómoda.

Hotel muy limpio, las camas son comodísimas y la atención de Mónica la dueña inmejorable. El desayuno me ha encantado.

Hotel rural sencillo y algo anticuado, deberían reformar algo las habitaciones y baños, se escuchan un montón las cañeiras y las puertas. El trato de los dueños muy amble. Lo más destacable el colchón y almohada comodísimos, y el desayuno merece mucho la pena por el precio

El Hotel, ubicado en el centro de Candelario es muy sencillo, pero muy acogedor. Nos pareció muy tranquilo. La habitación sencilla y con un pequeño balcón con vistas, espectaculares. El desayuno generoso y de calidad… tostadas con mermelada y mantequilla o tomate y aceite de oliva, bollería, zumo natural recién exprimido y café… además de una agradable conversación con Monica, la dueña. En relación al COVID, turnos de desayuno organizados para no coincidir. Si algún día volvemos a Candelario, volveríamos al Hotel.

Es un hotelito con una limpieza muy cuidada, un trato familiar y una ubicación estupenda. Muy recomendable.

El trato de Mónica y su marido es magnífico. Las habitaciones con terraza tienen una vista maravillosa y las camas son realmente cómodas. Alojamiento muy bien de precio y muy recomendable, sobre todo si vas con perro.

Nuestra estancia fue muy placentera.
Mónica ,la señora del Hotel ,es un encanto.
La habitación muy limpia ,teníamos ascenso a un pequeño balcón con bonitas vistas y donde cenamos alegremente en la refresca de la noche. Camas cómodas y con varios enchufes en distintas zonas de la habitación
El desayuno estuvo muy bien ,zumo de naranja ,tostadas o cruasant ,café y variadas cosas para untar,con un servicio personal y dividido por motivo COBIT. Al igual que en todo el Hotel.
Agradecer especialmente el trato que nos dieron al hacer la entrada al hotel,pues nos retrasamos y estuvieron muy atentos a esperarnos
Gracias Monica