Casa Miret

Llegamos y en menos de una hora nos marchamos aunque perdiéramos el dinero de la estancia. Las habitaciones no tienen aire acondicionado y nos tocó la más calurosa, los muebles y cabezal de la cama son de madera y estaban llenos de carcoma, no es necesario pero siempre es un plus tener televisión en la habitación y en este caso no había.
Entiendo que fuera un hotel de 1 estrella/casa rural pero era realmente una casa donde vivían los dueños y hacían vida en las zonas comunes y alquilaban habitaciones.
Lo que tampoco nos pareció correcto es que no dejen llevar absolutamente nada de fuera, queríamos coger aunque fuera agua con estas calores (y también porque la que salía del grifo no era potable) pero todo se lo teníamos que comprar a ellos porque no podíamos traer nada de fuera (si es hotel y no restaurante esto no debería suceder) y por último cuando dijimos que nos íbamos, no hubo ningún intento por parte de ellos de preguntar o intentar entender y dar alguna solución como un ventilador o alguna cosa parecida, se quedaron sorprendidos y ofendidos.
Nunca antes yo o mi pareja nos fuimos de un lugar, pero en este caso era preferible marcharnos porque el lugar no estaba bien acondicionado.

Una escapada con mucho encanto. Marta y Joan son muy atentos y nos pusieron a nuestra disposición toda su casa desde el primer momento, son muy atentos y el servicio que ofrecen es superior. Tienen una casa preciosa para relajarse y hacer rutas. Sin duda merece mucho la pena visitar este establecimiento y probar toda su comida 100% casera y deliciosa.

Marta y Joan son anfitriones increíbles! Casa Miret es un sueño y muy acogedora. La cena y el desayuno muy buenos, todo casero y hecho con productos de la zona. Por la mañana nos teníamos que ir pronto como mi novio tenía una carrera y nos prepararon el desayuno en versión picnic para llevar, se ve que todo está hecho mucho amor! Aceptan perros y nuestro perrito no quería irse de allí :) muchas gracias por todo!

Joan y Marta tienen una preciosa casa rural con “caliu”, llena de encanto, totalmente rehabilitada, en la que te sientes como en tu propia casa gracias a la exquisita atención con la que te tratan. Hemos disfrutado de un tranquilo y reparador fin de semana junto a nuestra perrita. Todas las estancias están decoradas con muy buen gusto, con rincones que enamoran. Los desayunos y cenas que ofrecen se realizan con productos locales y de proximidad . Para empezar el día puedes degustar la variedad de riquísimas mermeladas caseras, embutidos y quesos de la comarca, así como sus buenísimas tartas. Las cenas, inmejorables, con sabor casero y pinceladas de cocina de autor, con una presentación impecable.
Las habitaciones tienen nombre de escritoras. La nuestra ha sido la habitación Isabel Allende: cálida, tranquila e impoluta.
Ni que decir tiene que si volvemos a la zona nuestra casa será Casa Miret.

Marta y Joan nos recibieron en su casa y nos trataron casi como de la familia.
Nuestra habitación era cómoda y confortable, además, tienen cuna, donde durmió como un rey nuestro bebé.
Desayunamos y cenamos allí mismo y fue un gran acierto porque Marta cocina muy bien. En el desayuno degustamos embutidos y mermeladas caseros, además de tartas y magdalenas.
La casa tiene también una terraza con hamacas y un columpio hecho de macramé (que me encantó y a mi hijo también), donde se está súper agusto y, si llueve, es una maravilla disfrutar del momento y desconectar.
Sin duda, lo recomiendo 100%.
Volveremos seguro.

Han sido unos días preciosos, en los que tanto la casa como el ambiente han ayudado a desconectar y disfrutar cada segundo, tanto es que se nos ha hecho muy corto. Gracias de corazón a Marta y Joan por su cálida acogida, su disponibilidad y por cuidar hasta el más mínimo detalle. Todavia tengo en el recuerdo esas cenas tan ricas y trabajadas, disfrutando de un buen vino y una estupenda compañía, y del aroma de esos desayunos, con tanta variedad de mermeladas artesanales en las que es díficil escoger tu preferida. Desde luego que ellos, los anfitriones, han hecho la diferencia en nuestra bonita experiencia. Volveremos, sin duda! Marco, Carol y Camila.

Casa Miret lo tiene todo! La casa es bonita, rehabilitación moderna, las habitaciones cómodas y Marta y Joan te hacen sentir como en casa! El desayuno con productos de la zona buenísimos y la cena muy buena y agradable en el comedor. Tienen una terraza muy bonita donde tomar algo y leer al sol en silencio absoluto. Recomiendo 100% quedarse unos días!

Dimos con Casa Miret por casualidad haciendo enoturismo por la zona. Nos sorprendio muy gratamente la casa, que es super bonita y la propuesta de turismo rural que ofrecen sus propietarios. Tienen 4 habitaciones, cada una dedicada a una escritora celebre. La habitacion y baño muy bien y con la calefaccion se estaba muy a gusto. Los espacios comunes super acogedores y te puedes tomar un buen vino de la zona mientras ojeas libros, revistas..La cena y desayuno caseros y buenisimos. Es un lugar perfecto para desconectar, disfrutar del silencio y estar tranquilos.