Hotel Pontes de Gatin

Un lugar con mucho encanto. La mujer que lo lleva es maravillosa, a pesar de no dar ya servicio de comidas en el restaurante siempre está dispuesta a prepararte algo de comer, nosotros cuando llegamos eran las 15:30 le preguntamos dónde podríamos ir a comer y ella nos ofreció caldo gallego, empanada gallega, embutidos, mejillones... No es a la carta, pero ella siempre nos preguntaba si nos gustaba lo que tenía pensado hacer.
La habitación muy limpia y acogedora y el entorno para perderse en la naturaleza.

Es un hotel con unas habitaciones muy amplias y limpio.
Lo único para mi gusto un poco caro en especial el precio del desayuno.
Está un poco lejos de todo y por una carretera que no es muy buena, eso si, esta en pleno bosque.
Si lo que buscas es dormir y poco más es más que suficiente...

Llegamos aquí buscando un lugar para comer. Tras ver una opinión en Internet, nos decidimos salir de nuestra ruta en busca de este lugar. En la opinión ya se avisó que costaba un pelín llegar, pero que merecería la pena...y así fue. En un paraje muy tranquilo apareció éste hotel con restaurante. Hicimos uso del restaurante, el servicio y personal muy atento. La comida es fabulosa, más casera y fresca no se puede pedir, de matanza, y qué bien elaborado y generoso en cantidad. Probad también la ternera y la merluza. El pan, postre y vino cosechero propio geniales. El menú diario a 13€. Para repetir y recomendar.

Sitio sencillo y limpio. Buenas vistas y buen trato. Barato. Sólo pasamos una noche pero muy bien. Además nos atendieron a las 5 de la mañana cuando ningún otro hotel de la.zona nos quiso atender.

Muy bonita zona, gente agradable, el hotel muy limpio y las habitación acogedoras, la comida que ofrece la dueña esta excelente, pura naturaleza, es todo muy bonito y la dueña amable simpatica y todo el mundo muy acogedor. Volveremos pronto!! Gracias por toda la atencion prestada, gente maravillosa.
La familia de Alicante

El entorno y el camino hasta allí, una maravilla, sobre todo si vas por la carretera de montaña en vez de la regional. Merece bastante la pena el camino entre bosques, pero claro, vas a considerable altura y la carretera es estrecha, aunque el firme está bien. El hotel tiene muchísimo encanto, con ventanas al prado y al río o a la montaña. Hay un puente antiguo y un horreo. La dueña del establecimiento es una muller encantadora de estas de "¿te has quedao con hambre; te frío un huevo? La cocina casera, riquísima y a muy buen precio. El pan de las tostadas mañaneras, de este de pueblo consistente y muy rico. La única pega es la cama; el colchón es bastante poco consistente y hace barca y la funda de colchón lleva una capa plástica que hace que aunque haga frío sudes como un pollo ya que no transpira. Si cambiase esto ya se merecería un 10!

Pequeño hotel con encanto para quienes busquen tranquilidad y bonitos paisajes, además de comida casera del país. Muy recomendable visitar, además del puente románico, las riberas del río Navia, las comarcas de Becerreá, Navia de Suarna y los Ancares lucenses y leoneses. Sólo abre en temporada alta.

Nos ha encantado!! Una atencion estupenda. Un lugar muy cuidado, tranquilo y estrategico para conocer la zona.