Pastelería La Portuguesa

Descubrimos está pastelería/cafetería de casualidad, nos llamó la atención los pasteles y las porciones de tarta que se veían desde fuera y no dudamos en entrar a probarlas. El trato fue excepcional, el camarero muy simpático y amable. La tarta que pedimos estaba buenísima y el café correcto. Sin duda, repetiremos tanto para ir a tomar un café allí con algo dulce como para coger pastelería y bollería para llevar. 100% recomendable.

Estaban buenos los pasteles que pedimos, no tan buenos como los que he comido en Portugal pero se asemejan bastante. Pedimos bolo de arroz (lo sirvieron caliente y hubiera preferido frío), pastel de nata, y una napolitana de chocolate que también la sirvieron caliente, estaba muy buena. 3 pasteles y 3 infusiones 9'40€. Bien de precio, nos sirvieron en la terraza.

Me sorprendió. Pastel muy rico de hojaldre y crema, porque hay que elegir pero tiene todo muy buena pinta.
La atención muy correcta y bien organizados, solo con dos personas.
Volveré.

Cada vez que viene mi pareja a Salamanca vamos a esta pastelería por que le encanta, tiene buenos precios, los pasteles están riquísimos y tiene muy buena ubicación

¡No sabía que había una Portuguesa al lado de la Universidad! Igual de recomendable que la anterior, esta me parece que está mejor situada y cuenta con algunos pinchos que, sin ser excelentes, son una buena alternativa al dulce portugués. ¿Aunque quién necesita una alternativa a los croissants portugueses?

Muy buena pastelería en el centro de Salamanca con unos pasteles bastante bien elaborados y a precios muy ajustados. La atención del personal simplemente de 10, recomiendo visitarlos

Pasamos sin saber que existía y por su escaparate nos paramos a mirar. Sus pastelitos portugueses no pueden dejarse sin probar (uno era Rolo de nuez y el otro napoliao de chocolate), son riquísimos y a muy buen precio. También tienen helados artesanos. Volveremos! Y la terraza está genial. Muy buen servicio.

Atención muy buena al igual que el café.
Gran variedad de dulces, todos ellos con una pinta impresionante, probamos los pasteles de nata (también conocidos por pastelitos de Belem) y riquísimos.