DON FADRIQUE

El hotel está muy descuidado. Pagas un dinero que no corresponde con la calidad, ni del lugar y del producto (la comida no es nada del otro mundo). Además, las copas, los vasos y los cubiertos estaban sucios (trabajo en hostelería y un sitio de postín siempre tiene o debería tener personal que se encargue de secar y abrillantar cubiertos y cristales...). En resumen: un sitio que deja mucho que desear. Me gustaría entrar en la cocina, porque si están así las copas no me imagino cómo estarán los fogones.

Lo de este restaurante es una auténtica vergüenza en mayúsculas, ofrecer un servicio en una zona en plena obra rodeados de material de obra y trabajadores de la misma, seguramente sin licencia, los platos con la comida llenos de polvo porque el recinto no tenía paredes ni cristales en un día muy airoso, baños con luz provisional fuera y sin luz dentro de los mismos, suelo a medias de terminar y sucio. Sin vasos, ni copas suficientes sin agua fría, ni vino frío. Espero que los pocos camareros que nos atendieron ese día cobraran el doble por verse obligados a trabajar en semejantes condiciones con una sonrisa y muy buena disposición para con nosotros fue lo único bueno a reseñar, camareros de guerra que dieron de sí lo mejor para paliar las deplorables condiciones y la indecencia de sus jefes que no son de confiar visto lo visto. Espero que nadie vuelva a verse obligado a celebrar nada en esas condiciones en este establecimiento. No se merecen ni un cliente más.

Restaurante emblemático en Alba de Tormes, situado en un estupendo mirador natural sobre el valle y el pueblo. Tiene gran aparcamiento y salones luminosos, pero venido a menos cuando se relaja la atención a los clientes y aún más, cuando se tiene la responsabilidad de servir a grupos numerosos venidos de toda España (devotos de nuestra gran Santa Teresa) y todos, con ganas de degustar la buena cocina de la tierra. Hay ganas y voluntad, pero poca profesionalidad. Servicio muy lento, comida mejoranle y baños evidentemente deficientes, menaje aceptable con mesas redondas amplias y gustosa decoración.Todo, sin duda alguna, mejorable y para tomar nota y no dejarse dormir en anteriores laureles, son tiempos difíciles para todos. Una pena la experiencia. Gracias.

Simplemente de VERGÜENZA con mayúsculas. Quedo a las 20:00h para ver las instalaciones y que me den información (por teléfono lo que me había dicho el chico me pareció correcto y estábamos interesados) para la celebración de la comunión de mi hija con 8 meses de antelación. Llegamos allí y después de esperar media hora nos viene a atender el chico con el que habíamos quedado (eso si, la camarera desbordaba atención y trato) y como no tenia el teléfono móvil (lo estaba cargando) no nos tomó nota. Nos sugirió esperar un momento en lo que cargaba el móvil algo de batería y volvería a tomar nuestros datos. Después de media hora mas de espera, nadie se preocupó de nosotros, y al cabo de una hora nos marchamos de alli sin que nadie se viera sorprendido.
Un viaje hasta allí en vano, después de haber quedado. Falta de atención y profesionalidad, no se como funcionan algunos negocios....
De vergüenza.

Una mala experiencia en Don Fadrique, el servicio fue lento y desatento, copas sucias y sin repasar( nose que pensaran desde riedel), platos sin repasar y técnicas de cocina mal ejecutadas.
En mi opinión el pan estaba bueno, de masa madre hecho allí mismo.
Alcachofas buenas y creativas merece la pena probarlas.
El lomo de jabalí no sorprendió pero aprobó.
El lechazo en cazuela de barro fue un plato que nos quedamos con ganas de probar porque no quedaba más, sin embargo se nos ofreció un Carre de cordero que fue para olvidar...una pena el maltrato de producto, espero que la próxima vez practiquen más para sacarle el máximo partido al carré(30€)
En general carta con precios elevados, me parece un intento de un restaurante de lujo. El sitio es agradable pero deben mejorar el servicio ya que las esperas se hacen eternas.
Nos fuimos con mal sabor de boca...una pena

Precios exagerados para lo que te ofrecen, sinceramente salir tras pagar unos 45€ por comensal sin nada especial (por ejemplo plato de bacalao casi 30€) con sensación de no saber dónde se ha ido el dinero no es lo que busco. No creo que vuelva y eso que mis experiencias anteriores eran muy buenas en bodas y otras cenas/comidas. Creo que se han subido de más

Espectacular casona. Entorno idílico.
Faltan por pulir algunos de talles pero el esfuerzo del personal lo suple con creces.
No perderse el desayuno. Abundante y preparado en el momento y con productos de primerísima calidad.

Somos una banda musical que actuamos contratados para amenizar un cumpleaños, cenamos alli y comimos de lujo todo muy bueno. Tanto el dueño Nicolás, como el resto de personal nos atendieron de forma profesional y muy amable-:)