Alalimón Taberna - Gastro

Cocina con muy buena presentacion, buen trabajo de elaboración y sabores bien obtenidos. Todo muy rico. Hay muchos más que ya probaremos otro dia. Buena carta de vinos también. Local muy agradable aunque habría que mejorar un poco la insonorizacion interior porque cuando hay mucha gente se genera mucho ruido. Tiene expuestas temporalmente obras del pintor albaceteño José Angel Ramírez Cuenca.

Pequeña joya gastronómica manchega. Da gusto darle una vuelta más a platos ya vistos. Sabores nuevos en un entorno agradable. Servicio cercano y profesional. Más que recomendable.

Pretencioso con resultado muy deficiente.
Los precios, os recomiendo mirar antes de pagar.

Pedimos unos entrantes a compartir. Croquetas Joselito (no eran caseras), la ensaladilla con gamba (muy buena), y un tártar de atún (sin más). Hasta aquí, todo correcto.

Pedimos unas carnes y unas patas de pulpo y he aquí dónde viene la “grata sorpresa”. Pedimos un lomo bajo (30€) y unas piernas de cordero.
El lomo lo pedimos entero, la chica muy amable nos hace saber que puede hacer la mitad muy hecho, y la otra al punto. Hasta aquí todo en orden.
Al traer el poco hecho, nos servimos dos personas y viene el camarero y sin mediar palabra se lo lleva y nos trae otro trozo muy hecho (no exagero cuando digo que era un filete de ternera). Preguntamos por el otro y nos dice que se lo había llevado a su casa para merendar. Nuestra cara era un cuadro. Para finalizar, nos traen la cuenta y nos cobran por el lomo bajo 45,20€ y 7€ por un pan que la propia camarera se quedó atónita cuando lo tocó: duro como una piedra.

Lastima no haber hecho foto de la carne, pero con el cabreo, se nos pasó. Pedimos la cuenta y nos marchamos prácticamente sin comer, a comer a otro lugar. Han perdido siete clientes pese a que he de decir que la chica, nos pidió disculpas y al menos mostró interés por lo ocurrido solucionando el tema del precio.

Tras la respuesta del propietario, la cual agradezco, hemos de decir que preguntamos hasta en tres ocasiones si era suficiente comida, haciéndonos saber en todo momento que si.

Cenamos en este bar. El local no es muy grande, con separación suficiente entre mesas. Todo muy bien decorado y limpio. En contra diré que el aire acondicionado estaba demasiado fuerte y tuvimos que cenar con chaquetas y aún así con frío. La comida exquisita, aunque con demasiada sal en las tortitas de camarón, por ejemplo. El foie delicioso y muy original, las colas de cigala también riquísimas. El guacamole quizás demasiado picante (deberían avisarlo, en mi opinión) pero también original y muy bueno. Sin duda tienen muy buena cocina. Enhorabuena por el trabajo.

La comida excelente, solo superada por la profesionalidad y amabilidad del personal.

Trato excelente desde que entras por la puerta.

Siempre tienen algún plato nuevo y delicioso para probar.

Un gran descubrimiento. Han cambiado la localización, puede dar lugar a despiste a la hora de encontrarlo.

Local de "rara" decoración, peculiar...

La cocina es innovación, fusión, con una materia prima excelente y tratada con mucho mimo.

Totalmente recomendable, y un precio acorde a lo que se pide.

Trato del personal muy ameno, nos han hecho pasar un buen rato.

Recomendable 101%

Qué agradable sorpresa!!! Acudimos a este pequeño gastro buscando un lugar para tomar alguna tapa y sin ninguna referencia, entramos.
Lo primero, un ambiente tranquilo en un local , que aún pequeño, muy espacioso.
La oferta gastronómica basada en una carta en la que predominan pequeños platos de auténtico diseño, de gran innovación y teniendo un inmenso respeto por cada uno de sus ingredientes.
Destacar una soletilla de tomate con mantequilla de leche de oveja, pepino caramelizado y anchoa. Una maravilla!!!
La ensaladilla rusa con gambas es un acierto en su elaboración por el equilibrio entre sus componentes, incluido el jugo de lima y que permiten que la gamba no pierda su identidad .
La atención del personal de excelencia, no solo por su simpatía, sino por el gran conocimiento de cada uno de los platos del menú.
Una mención especial para Vicente, hacedor de la creación de un ambiente en el que cada uno de los comensales nos creemos exclusivos.

Sin duda alguna tengo que decir que recomiendo este local al 100%.
La calidad del producto junto a la originalidad de sus platos y el buen trato de la persona que nos atendió hace para mí este local visita obligada en la ciudad.
Enhorabuena, espero volver pronto