Restaurant La Gamba
Plaça de Sant Pere, 1, 17230 Palamós, Girona, España
4.2
823 reseñas
8 comentarios
R4WH+2F Palamós, España
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Lunes: 12–15
Martes: 12–15
Miércoles: Cerrado
Jueves: 12–15
Viernes: 12–15
Sábado: 12–15
Domingo: 12–15
Martes: 12–15
Miércoles: Cerrado
Jueves: 12–15
Viernes: 12–15
Sábado: 12–15
Domingo: 12–15
Contactamos con el restaurante a última hora del medio día y nos prepararon una mesa enseguida.
El arroz negro caldoso impresionante y el postre "Pasión de chocolate" exquisito.
Pedimos una crema de erizos, correcta, una ración de gambas medianas de Palamós, nos pusieron una docena, para mí, tamaño pequeño y a un precio, 49 euros excesivo, sonsos sosos y calamares muy ricos.
El servicio, eso si, impecable y muy atento.
Pero seguramente no repetiría.
Las gambas de palamos, comparadas con las del restaurante can blau que está a 2 min del restaurante la gamba, eran más baratas, mas grandes y tenían mejor sabor.
Respecto a la paella, nos hemos dejado más de media paellera. Arroz pasado, sin sabor y las gambas que estaban en la paella sequisimas.
De postre hemos pedido una mousse de mango que tampoco tenia sabor y que se notaba que era industrial (no casera).
Para rematar, el servicio tampoco ha sido correcto. Hemos comentado a los camareos que la paella estaba seca y no estaba buena y les ha dado igual.
Como punto positivo nos han servido un licor de vainilla, que sinceramente ha sido lo mejor de la comida.
En resumen: no volveremos a comer en restaurant la gamba. Hemos pagado 50€ por cabeza por un menú insulso, y que dejaba mucho que desear, no merece nada la pena.
Los postres, muy buenos. La tarta sacher muy rico, y la crema catalana también. También nos trajeron unos chupitos de natillas como detalle, que nos sorprendió con agrado. Los cafés correctos también.
El vino blanco que venía con el menú estaba regular, no destacaba. A mi me hacía dudar si el agua mineral o el vino era lo más caro. Sin lugar a duda lo más débil del menú.
Como punto de por qué 4 estrellas y no cinco, la camarera se despistó y nos trajo un plato que no era. Lo que más nos sorprendió es que, al no darnos cuenta que no era nuestro, naturalmente empezamos a comer, pero nada más empezamos a comerlo nos vino la camarera a retirarlo de la mesa diciendo que esto no era nuestro. Creemos ver ese mismo plato, del cual empezamos ya a comer, se puso en la mesa que correspondía, ya que no se tardó nada en retirarnos el plato, ir de vuelta a dentro y salir la misma camarera con el mismo plato a dejarlo a otra mesa.
También como punto negativo fue el aceite de oliva, que decía que la fecha preferente de consumo era junio de 2018. Entiendo que los aceites no caducan, pero para mi es importante que, para un restaurante del cual pagas un precio más alto de normal y esperas calidad, estos pequeños despistes no ocurran.
En conclusión, el restaurante es recomendable por la calidad de la comida y sabor. Tened paciencia con el servicio que es un poco lento y os encantará la experiencia. Yo seguramente volveré en el futuro.