Restaurant Grau

Fue una muy agradable sorpresa, íbamos un poco a ciegas y tanto el servicio como el menú resultaron una agradable sorpresa.
El servicio atento y dando todo tipo de explicaciones.
La comida sin pretensiones pero muy bien cocinada, bien presentada y abundante. Los postres excelentes y hechos en el mismo restaurante

Pasamos por casualidad y entramos. La atención fue de 10, los platos muy buenos. Pedimos escudella, canelones, xai y melos de vedella. Todos los platos muy exquisitamente conseguidos. Los sabores eran balanceados, como de casa, con un toque profesional y muy bueno.! La única pega fue el vino que me pareció poco y un tanto caro para lo que representa ser de la casa y su cantidad. Los postres muy buenos de 10. En realidad les recomiendo, pero que toméis en cuenta el tema del vino.!

La comida estaba bastante buena, todo casero se supone. La crema catalana estaba de muerte. La camarera muy amable en todo.

Prepare una fiesta sorpresa y me dejaron decorar la estancia y poner unos pequeños detalles para cada comensal. La mesa estaba estupendamente puesta. El servicio y la comida fantastico

El servicio bueno, lo único. No lo sé seguro, pero parece que han cambiado de dueños. Fuimos allí porque hemos ido varias veces y se comía muy bien. Hacía dos años que no íbamos y nos llevamos una decepción enorme. La comida buena, pero en una esqueixada nos encontramos dos pelos, y parte de los comensales se encontraron muy mal la noche del dia que comimos allí. Sospechamos que el tiramisú no estaba en buen estado. Desde luego que no volveremos.

La calçotada nos volvió a gustar mucho. Han reducido las raciones pero mejor porque sobraba muchisimo. Las chuletas muy mejorables, bastante duras. La experiencia muy agradable para repetir.

Calçotada buenísima. El trato excelente y buena comida. Estuvimos dos días. Buena relación calidad precio. No dejen de degustar sus helados caseros. Nos encantó el de albahaca y el de pera. Sabor auténtico

El lugar ideal para la mejor calçotada, sin duda. Disfrutamos de un fin de semana perfecto con el objetivo de probar los famosos calçots de Tarragona y este hostal superó con creces nuestras espectativas. En un entorno tranquilo e historico, un pequeño pueblo cerca de Valls y Tarragona, que ademås cuenta con el maravilloso Monasterio de Santes Creues, de visita obligada y amena.
Las habitaciones limpias, acogedoras y por encima de lo que se espera para un hostal, dignas de la categoria de hotel. Cuenta con una porchada donde se degustan unos deliciosos calçots preparados por Joan, sobre tejas, de manera magistral. Además nos sorprendió la buhardilla, donde después de la cena pudimos tomar una copa confortablemente al calor de la leña.
El desayuno, la cena y la calçotada: abundantes, de calidad y preparados con cariño y esmero.
Todo el personal fué super amable con nosotros, simpaticos, atentos y serviciales.
Salimos de este hostal con la firme intención de volver de nuevo antes del final de la temporada de calçots, pero lamentablemente, un problema de salud nos lo va a impedir por esta vez. Pero sin duda que todo pasará y volveremos...más de una vez.
Sólo me resta agradecer vuestra labor, y resumir ése fin de semana con una sóla palabra: insuperable.
Volveremos a vernos!!
Desde Valencia, Joaquín Rosique, Manoli Henández, José Burgos y Paqui Martín.