ABANCA

Buenas tardes. Trataré de resumir una de mis desventuras con Abanca(que no es la única), calle Comercio 2, 15200 noya.
En tanto que jubilado he esperado a entrar en el programa cero comisiones, según consejo de una asesora, despues de haber domiciliado mi pensión AVS, para obtener una tarjeta de crédito. Corrientes del mes de junio 2019 recibí un mail informandome de que ya podía acceder a dicho programa, despues de que mi pensión había sido domiciliada en abril. El 1 de julio acudí a la sucursal donde en teoría cursaron mi solicitud, dándome cita para el 8 del mismo mes, para entregarme la tarjeta, cauto de mi..... resulta que no había tarjeta alguna ni "Parece ser que trazas de solicitud ". Hicieron una nueva solicitud dandome cita para el 15 de julio, con bastante desconfianza acudí hoy, 19 de julio. Me atiende un joven que no debe llegar a los treinta años, aparte el hecho de llamarme por mí nombre y tutearme cómo si me conociera de toda la vida, está más perdido que una ostra en el Sáhara, no hace más que revolver en dos cajas de cartón, en una hasta cuatro veces, le recrimino diciéndole que si es de cachondeo, ya está bien y que si hay un problema conmigo, quiero saberlo. Parece ser que no, que no hay ningún problema conmigo. Llevamos al menos treinta minutos sin que aparezca nada a mi nombre, para un trámite de cinco minutos, hasta que una de sus vecinas de mostrador le dice que mí tarjeta la tenía ella apartada en su puesto de trabajo. Me ca.. en ......... si no es para echarla a los leones. Vas a una sucursal bancaria donde hay que coger número para que te atiendan y juegan a la lotería contigo. Cómo es posible que un empleado de banca coja una documentación determinada, destinada a un cliente, y la aparte en su mesa sabiendo que los números se distribuyen aleatoriamente, y que las posibilidades de que le toque ese cliente por turno son mínimas??? Esperé un poco a que la susodicha quedara libre para que me entregara la tarjeta, y muy sagaz ella va y me dice: parece usted muy enfadado, meca...... ....... me trata de usted, pero me insulta con su sagacidad. Gracias Abanca por vuestra incompetencia. Tengo otras dos gordas en la sucursal de Ginebra, que tengo que relatar también.

Muy buena atención siempre que he acudido.

Trato cercano y profesional con el público por parte de sus empleados.

No lo recomiendo