La Posada Real del Buen Camino

Una estancia maravillosa. Una posada escondida en un pueblo tranquilo,Villanueva de Campean , a pocos kilómetros de Zamora .Un lugar para esconderse y disfrutar de la estancia día y noche. La dueña, María Eugenia nos trato con mucho cariño y atendió nuestras solicitudes. El desayuno, de 10.
Volveremos sin dudarlo cuando volvamos a hacer el Camino.
Gracias María Eugenia!!!!

He estado un par de veces y siempre ha sido genial.
La cama la más cómoda que he visto en un hotel. Un lugar tranquilo sin ruidos que permite descansar sin problemas. Y el desayuno genial. Siempre que vaya por la zona me hospedaré allí.

La casa es preciosa, muy agradable y decorada con buen gusto, como la habitación. La cama, para nosotros muy importante, comodísima. Desayuno más que suficiente y, lo mejor, la atención de la dueña, Eugenia. Te hace sentir como en familia, es una persona entrañable. Conviene dejarse aconsejar por ella para conocer los vinos de la tierra (le compramos uno buenísimo) y las queserías. Para mí tienen mucho mérito y encanto estos alojamientos, sobre todo cuando los lleva, como en este caso, una sola persona, con una inversión importante y mucho sacrificio. Merecen todo nuestro apoyo, sobre todo cuando se hace tan bien, y con tanto amor.

Nos ha encantado la estancia con María Eugenia! El hotel es precioso y la atención de la anfitriona inmejorable. El pueblo y la localidad son muy bonitos y hemos disfrutado de una gran escapada. Repetiremos seguro!

Nos alojamos de camino a Portugal motivados por las buenas reseñas que encontramos y porque admitían mascotas. La casa es fantástica y muy acogedora en un pueblo típicamente castellano, un marco idóneo para desconectar de la vida en la ciudad. Todo sumamente limpio y cuidado. Y, además, lo mejor fue la atención personalizada de María Eugenia, la dueña: una anfitriona ecantandora y excepcional, que estuvo en todo momento pendiente del más mínimo detalle.

Casa bien decorada pero con un precio desorbitado para lo que se ofrece. Se encuentra en un pueblo donde no hay nada, y para cenar hay que acudir a otro pueblo que está a varios kilómetros. Los cuartos de baño están muy anticuados. Por lo que se ofrece merece la pena ir a Zamora sin dudarlo.

Hemos disfrutado muchísimo de nuestra estancia en Posada Real del Buen Camino con Maria Eugenia. El hotel tiene mucho encanto, con todos los detalles muy cuidados y ella nos ha tratado maravillosamente bien. Sin duda volveremos!

Es la tercera vez que me alojo aquí y tengo confirmada una cuarta estancia.
Es verdad que en el pueblo no hay nada, lo que se traduce en PAZ y TRANQUILIDAD a todas horas. Las zonas comunes son muy acogedoras, los sofás muy cómodos y la luz disponible para leer (o en mi caso, coser) es maravillosa.
Las habitaciones (he estado en dos diferentes) son espaciosas, cómodas, calentitas en invierno y frescas en verano.
Los baños son espaciosos, con buena luz y con espejo de maquillaje y secador.
El desayuno es impresionante, casero, con pan de pueblo y mermelada artesanal (el desayuno de esta mañana ha consistido en zumo de naranja, pan, aceite, tomate, jamón, queso, mantequilla, mermelada, magdalenas y rosquillas, (todo esto para mí sola) aparte hay muesli, una máquina de café, fruta y si quieres una infusión u otra cosa, tienen varias opciones y te lo sirven de mil amores).

Todo está extremadamente limpio (cosa que es complicada en medio del campo).

Por último, quiero decir que Mª Eugenia, la dueña, es una mujer maravillosa, que se desvive por sus huéspedes. Siempre amable, cariñosa y con una mano estupenda para la mermelada.
MariLuz es su ayudante y es una mujer muy amable que siempre está dispuesta a echar una mano con una gran sonrisa.

Cada vez que tengo que hacer un viaje que me obliga a hacer noche en la zona, voy a verlas porque es como estar en casa, pero mejor. ❤️❤️❤️