Hotel Eurostars Fuerte de la Concepción

Un lugar relajante y fuera de cualquier ruido.
Buen sitio para desconectar en todos los sentidos, por que me temo que el wifi es un poco escaso. Habitaciones sencillas pero bonitas.
Una fortaleza con una puesta de sol increíble.
Le falta quizás variedad de tapas. La terraza es bonita pero se puede hacer más acogedora.

Sitio precioso y original.
Excelente trato del personal.
Excelente desayuno.

Puntos a mejorar:

-Entra bastante luz en habitaciones por la mañana y están poco tapados los cristales (poca intimidad y te despiertas con la luz).
-mala cobertura de móvil e incluso para llamar a recepción y la TV se coge muy mal.
-el agua caliente tarda mucho en salir, es un derroche tremendo de agua.

Estuvimos solo una noche, y nos dio pena no poder alargar la estancia. Es toda una experiencia alojarse en este fuerte. A las habitaciones se accedía desde un gran patio central, por lo que no sentías que estuvieras entre las cuatro paredes de un hotel, sino en el cuarto de invitados de un edificio emblemático.

Está bastante apartado de todo, por lo que la tranquilidad y el aire puro están asegurados. Para repetir.

Un hotel muy especial, por haber sido un fuerte alguna vez, lamentablemente hemos ido pero la cafetería estaba cerrada y no pudimos tomar nada. Siendo un hotel, en un lugar apartado y digno de visitar, deberían tener al menos la cafetería disponible. El personal muy amable.

Las habitaciones son grandes, limpias y muy curiosas, han conservado las ruinas del fuerte para construirlas, son una especie de bóveda, con dos mini ventanas que fueron diseñadas para acoger a los soldados. No hay wifi ni cobertura en las habitaciones, es un lugar para descansar y desconectar empapándose de historia. Las recepcionistas muy amables y la cafetería/restaurante genial.

Tras 5 años volvimos a este hotel ahora de Eurostars, así que íbamos con las expectativas muy altas que fue como se quedaron por aquel entonces, está en un enclave excepcional que hace de esta fortaleza un lugar ideal para alojarse alguna que otra noche.
Esta vez escogimos la suite 1 para la ocasión especial, más amplia que la junior y con terraza, en cuanto al resto echamos de menos los jabones de rituals por lo demás todo similar.
Destacar la atención se Adriana tanto al llegar como las recomendaciones que nos facilitó de cara a continuar nuestro viaje a Oporto.
Por último, el desayuno el cual nos acordábamos con gusto ya que era complicado de superar en cuanto a calidad y cantidad, con su bollería, tartas y embutidos, por poner alguna pega al igual que los jabones jeje, faltaba ensaimada por lo demás todo seguía igual de bueno.
Hotel donde es posible que volvamos en el futuro, lugares fantásticos, alojamiento ideal y personal a la altura.

Una experiencia inolvidable, y gracias a lo que este lugar ofrece. Una atención exquisita por parte de Vanesa y Lara en todo momento.

De lo mejor del hotel, siendo honestos, el desayuno. De 10.

Recuperaron una gran parte de esta historia, sin apenas intervención ni daños estructurales, dándole una oportunidad para revalorizarlo, darlo a conocer, y disfrutarlo.

Un lugar lleno de paz, silencio, y totalmente desconectado de la tecnología. No olvidéis que no hay apenas cobertura, ni os hará falta. 📵

Lugar maravilloso para desconectar, muy tranquilo. La lástima es que no hay WiFi en las habitaciones y el que hay está en las zonas comunes muy centrado, por eso digo lo de desconectar. Pero es un sitio único, a pocos metros de Portugal. El servicio explendido, los desayunos, bufet libre, muy completo. Un sitio único para repetir muchas veces.