Albergue Naraya

Yo he tenido la desgracia de llegar en una noche excesivamente calurosa y me fui a dormir a la planta baja pero la tensión perfecta Patricia es la dueña y es una persona maravillosa bueno como reseñaré la dueña es una bella persona soy un peregrino los precios son asequibles dentro de la normalidad de los precios que hay por la zona

Las hamburguesas están muy ricas, los cafés, la dueña es muy maja dependiendo de cómo duerma jejjej

Albergue agradable y limpio, disponen de bar con raciones a muy buen precio y muy ricas.

Tan solo pare a tomar una caña. Tremendo pincho de patatas a la Riojana.
Trato agradable

No me hospedé, pero me dejaron refugiarme de la lluvia buen rato, tomé el mejor café de la zona y conversamos abiertamente con el personal. Ademas acompañaron el café con un trozo de bizcocho riquísimo y sin coste extra.

No dormimos ahí, solo desayunamos ya que veníamos andando desde Ponferrada (somos peregrinos).
Acababa de abrir y nos atendió muy bien la señora, nos puso sin problema un pincho de tortilla que es lo único que tenia por el momento.

Albergue muy cuidado, a pie de camino. El personal muy atento. Por ponerle un pero, al tener bar pierde un poco el ambiente peregrino

Pues es limpio, el personal es atento y amable y, las habitaciones no son muy grandes, lo que se agradece. Pero le falta un espacio en el que descansar sin estar tumbada en la cama o sentada en el bar. Tampoco tiene cocina para los peregrinos y, como el pueblo no tiene muchos servicios, te ves obligada a pasar el rato en el bar del mismo albergue y consumir todo: cena, desayuno, comida...que dicho sea de paso, usan productos congelados (las patatas, croquetas, pizzas...)
Una lástima, con la cocina tan grande que se ve desde la barra del bar.
Además, no sirve de nada que haya un supermercado cerca, pues tampoco dejan comer en las habitaciones.